martes, 26 de octubre de 2010

Buhardillas erasmus

Las buhardillas son un sitio especial, el hábitat principal junto a la universidad, si estudias traducción, o la discoteca, si eres un erasmus normal y en este último caso el lugar donde se esconden de la luz del día con un gran dolor de cabeza. Y es que desués de dias subiendo y bajando las maletas de la pequeña mazmorra-sala de equipaje del albergue,de recorrerse la ciudad de punta a punta, de ver zulos sin cocina e incluso con ducha compartida uno llega a su primera buhardilla con ilusión, la misma ilusión con la que conduces tu primer coche (un seat panda viejo que la familia lleva años sin usar) o consigues tu primer empleo (en el Mc Donald o en el bar del pueblo en verano). Y al igual que esas veces la visión de la realidad es un tanto subjetiva. ¿Que es un quinto sin ascensor? Bien, así haremos deporte ¿Que solo hay una habitación? Bueno, asi no pasaremos frío en invierno. ¿Que no funciona el inodoro? mmmm... vale, creo que eso si que es un gran problema.

Las buhardillas erasmus standart consan siempre de los mismos elementos: una sala guion habitacion guion comedor, que es donde se pasa el 90% del tiempo, una cocina formato zulo donde caben solo dos personas (es humanamente imposible que viva mas gente en el piso) y un minibaño diferente segun el modelo de buhardilla pero provisto siempre de una lavadora con la que poder hacer carreras. El suelo es de moqueta, de un color que permita resaltar mejor las manchas de cubata, vino y derivados y el techo de vigas al mas puro estilo rústico, muy de moda en nuestros tiempos. La decoración cambia según el dueño (y los inquilinos) pero todos disponen de uno o dos vecinos de serie, a elegir entre el vecino desnudo de la ventana de enfrente, la señora mayor con el oído demasiado fino o el amante de la música que tortura algún instrumento. Por suerte el nuestro está al final del pasillo y casi no se le oye.

Las buhardillas son como el pueblo de uno, siempre las criticamos mucho y nos han dado multitud de anécdotas divertidas pero en el fondo las queremos y no permitimos que nadie mas hable mal de ellas. Son nuestro refugio calentito donde protegerse del frío de la calle, nuestro lugar favorito para fiestas y reuniones y el bien mas preciado de cualquier erasmus, sobre todo en París.

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